Seguramente tengas muchas dudas sobre la reunificación de deudas.
Aquí te dejamos las preguntas más fracuentes que suelen hacernos nuestros clientes, pero si aún tienes más dudas podemos resolvertelas personalmente
La reunificación de deudas, también conocida como consolidación de deudas, es una estrategia financiera que te permite agrupar todos tus préstamos y créditos en uno solo. Imagina que tienes un préstamo personal, la hipoteca, varias tarjetas de crédito y el pago del coche. En lugar de pagar diferentes cuotas a distintas entidades cada mes, con la reunificación, pasas a tener una única deuda y una única cuota mensual.
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La reunificación de deudas está diseñada para agrupar diferentes tipos de compromisos financieros que tengas con diversas entidades. El objetivo es consolidarlos en un único préstamo, simplificando tus pagos y, a menudo, reduciendo tu cuota mensual.
Los tipos de deudas que comúnmente se pueden reunificar son:
Préstamos Personales: Son créditos que se conceden para diferentes finalidades (coche, estudios, reformas, viajes, etc.) y que no suelen tener una garantía específica asociada. Son muy habituales en los procesos de reunificación.
Deudas de Tarjetas de Crédito: Las deudas acumuladas en tarjetas de crédito, especialmente aquellas con modalidad revolving (donde la deuda se renueva constantemente y los intereses son muy elevados), son uno de los principales motivos para la reunificación. Agruparlas en un préstamo con un interés más bajo puede suponer un gran alivio.
Préstamos de Coche (automóvil): Los créditos que has solicitado para la compra de tu vehículo, ya sean del propio concesionario o de una entidad bancaria, también son susceptibles de ser incluidos.
Minicréditos o Préstamos Rápidos: Estos productos suelen tener intereses extremadamente altos, por lo que su inclusión en una reunificación es muy beneficiosa para el deudor, aunque algunas entidades pueden ser reacias a reunificarlos por su alto riesgo.
Préstamos al Consumo: Cualquier otro tipo de financiación que hayas obtenido para bienes o servicios (muebles, electrodomésticos, tratamientos médicos, etc.).
Deudas Hipotecarias (si se tiene una propiedad): Esta es una de las modalidades más comunes y efectivas de reunificación, especialmente cuando el importe de las deudas es elevado. Si tienes una propiedad (vivienda, local) con o sin hipoteca, se puede solicitar una nueva hipoteca o ampliar la existente para liquidar el resto de deudas. La ventaja es que los tipos de interés de las hipotecas suelen ser mucho más bajos que los de otros préstamos, y el plazo de amortización es más largo, lo que reduce drásticamente la cuota mensual. La contrapartida es que la vivienda pasa a ser la garantía del nuevo préstamo, con el riesgo que ello conlleva.
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La reunificación de deudas se puede abordar de diferentes maneras, dependiendo de la situación financiera del deudor, la cantidad y el tipo de deudas, y si se dispone de una propiedad que sirva como garantía. Los tipos principales de reunificación de deudas en España son:
Reunificación de Deudas sin Garantía Hipotecaria (mediante Préstamo Personal):
Descripción: Esta modalidad implica solicitar un préstamo personal (o de consumo) de un importe lo suficientemente alto como para cancelar todas las deudas existentes (tarjetas de crédito, préstamos personales, de coche, minicréditos, etc.), excepto la hipoteca si ya se tiene una y se desea mantenerla separada.
Ventajas: No se pone una propiedad como garantía, lo que significa que no se corre el riesgo de perder la vivienda en caso de impago.
Es un proceso generalmente más rápido que el que implica una hipoteca.
Inconvenientes: Los tipos de interés suelen ser más elevados que los de una hipoteca.
El plazo máximo de amortización es menor (normalmente hasta 8-10 años), lo que limita la reducción de la cuota mensual si el importe de la deuda es muy elevado.
Las cantidades que se pueden reunificar suelen ser más limitadas.
Los requisitos de solvencia son más estrictos (ingresos estables, no estar en ficheros de morosidad como ASNEF).
Ideal para: Personas con deudas de menor cuantía (generalmente hasta 50.000-60.000 euros, aunque esto puede variar) que no tienen una propiedad o no desean ponerla como garantía.
Reunificación de Deudas con Garantía Hipotecaria (mediante Hipoteca):
Descripción: Esta es la modalidad más común y efectiva cuando el volumen de deuda es considerable y el deudor posee una propiedad (vivienda, local, terreno) libre de cargas o con una hipoteca de bajo importe residual. Se utiliza esta propiedad como garantía para un nuevo préstamo hipotecario (o una ampliación de la hipoteca existente), cuyo capital se destina a cancelar todas las demás deudas.
Ventajas: Cuota mensual significativamente más baja: Esto se logra gracias a tipos de interés inferiores y plazos de amortización mucho más largos (20, 25 o 30 años), propios de los préstamos hipotecarios.
Acceso a mayores cantidades: Permite unificar deudas de importes elevados.
Intereses más bajos: Los tipos de interés de las hipotecas son notablemente inferiores a los de los préstamos personales o tarjetas de crédito.
Inconvenientes: Riesgo de pérdida de la propiedad: El bien inmueble (la vivienda, por ejemplo) queda como garantía. Si no se cumple con los pagos, la entidad financiera puede ejecutar la hipoteca y embargar la propiedad.
Costes y plazos más largos: El proceso es más complejo y conlleva más gastos (tasación, notaría, registro, impuestos) y un plazo de gestión más largo que un préstamo personal.
Se requiere una tasación de la propiedad y que su valor sea suficiente para respaldar el nuevo préstamo más las posibles cargas preexistentes.
Ideal para: Personas con un elevado endeudamiento (a menudo superior a 60.000 euros) que poseen una propiedad y buscan una reducción drástica de su cuota mensual, asumiendo el riesgo de la garantía hipotecaria.
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Los requisitos para la reunificación de deudas pueden variar significativamente según el tipo de reunificación (con o sin garantía hipotecaria) y la entidad financiera a la que se acuda. No obstante, existen una serie de requisitos básicos y comunes que la mayoría de los bancos y financieras suelen solicitar para evaluar la viabilidad de la operación:
Requisitos Comunes Generales:
Ser Mayor de Edad: Debes tener la edad legal para contraer obligaciones financieras, generalmente 18 años. Algunas entidades pueden establecer un límite superior, por ejemplo, hasta los 65-70 años para la finalización del préstamo.
Residir en España: Es fundamental tener residencia legal en el país.
DNI/NIE/Pasaporte en vigor: Necesitarás un documento de identificación válido.
Ingresos Estables y Demostrables: Este es uno de los requisitos más importantes. La entidad necesita asegurarse de que tienes la capacidad de pago suficiente para afrontar la nueva cuota mensual. Esto se acreditará mediante: Para trabajadores por cuenta ajena: Contrato laboral, últimas nóminas (generalmente las 3 o 6 últimas), declaración de la renta, vida laboral.
Para autónomos: Liquidaciones trimestrales y anuales de IVA e IRPF, impuesto de sociedades (si aplica), recibos de autónomos, certificado de estar al corriente en la Seguridad Social.
Para pensionistas: Justificante de la pensión.
Capacidad de Endeudamiento: Tu ratio de endeudamiento no debe superar un límite considerado prudente por la entidad. Generalmente, la suma de todas tus cuotas de deudas (incluida la que resultaría de la reunificación) no debería superar el 30%-40% de tus ingresos netos mensuales.
Historial Crediticio Aceptable: Aunque hay excepciones, la mayoría de las entidades buscan un historial de pagos limpio. No figurar en ficheros de morosidad (ASNEF, RAI): Estar incluido en estos listados dificulta enormemente la obtención de financiación con entidades bancarias tradicionales. Si estás en ASNEF, las opciones se reducen a prestamistas alternativos, que suelen exigir una garantía hipotecaria y/o aplicar intereses más altos, o a empresas especializadas que pueden gestionar tu salida de ASNEF como parte del proceso.
No tener impagos recientes: Incluso si ya no figuras en ficheros, un historial reciente de impagos o incidencias puede ser un obstáculo.
Todas las deudas deben ser unificables: La entidad requerirá que se incluyan todas las deudas activas en la operación de reunificación, no solo algunas.
Requisitos Específicos según el Tipo de Reunificación:
A. Reunificación de Deudas sin Garantía Hipotecaria (Préstamo Personal):
Menor importe de deuda a unificar: Este tipo de reunificación suele estar limitado a importes inferiores (por ejemplo, hasta 50.000 – 60.000 euros), aunque puede variar.
Mayor solvencia exigida: Al no haber una garantía real (como una vivienda), el riesgo para la entidad es mayor, y por tanto, los requisitos de ingresos estables y historial crediticio suelen ser más estrictos.
Posibilidad de avalista: En algunos casos, si la capacidad de pago es justa o el historial crediticio no es perfecto, la entidad puede exigir un avalista con solvencia demostrable.
B. Reunificación de Deudas con Garantía Hipotecaria (Nueva Hipoteca o Ampliación):
Propiedad Inmueble: Es indispensable ser propietario de una vivienda (o local, terreno) en España, que servirá como garantía del nuevo préstamo.
Valor de Tasación de la Propiedad: La entidad realizará una tasación del inmueble. El importe que te podrán conceder para la reunificación dependerá de este valor y de la deuda hipotecaria preexistente (si la hay). Habitualmente, el préstamo no superará un porcentaje del valor de tasación (ej. 70-80% para vivienda habitual o primera residencia).
Escrituras de la Propiedad: Deberás aportar las escrituras de la vivienda y la última tasación (si existe).
Sin cargas o con cargas limitadas: La propiedad debe estar libre de cargas o tener una hipoteca pendiente cuyo importe residual sea bajo, de modo que el valor de la propiedad permita la nueva operación.
Documentación Común Requerida:
Además de los requisitos, te pedirán una serie de documentos para verificar la información:
DNI/NIE/Pasaporte.
Últimas nóminas / Declaraciones de IVA e IRPF (autónomos) / Justificante de pensión.
Contrato de trabajo / Certificado de vida laboral.
Declaración de la Renta.
Extractos bancarios de los últimos meses.
Justificantes de todas las deudas a reunificar (recibos de préstamos, tarjetas, etc.).
En caso de hipoteca: Escrituras de la propiedad, nota simple del Registro de la Propiedad, última tasación, último recibo de hipoteca.
No necesariamente. Si cumples con el nuevo plan de pago único, podrías incluso mejorar tu historial crediticio.
La reunificación de deudas es una herramienta para sanear tu situación financiera y mejorar tu historial crediticio a largo plazo, pero siempre y cuando se haga de forma planificada y responsable. El principal beneficio para tu historial crediticio es la capacidad de realizar pagos regulares y puntuales que, de otra forma, te resultarían imposibles.
Es fundamental que la nueva cuota sea realmente asequible para ti y que mantengas la disciplina de pago. Antes de tomar cualquier decisión, es altamente recomendable consultar con un asesor financiero especializado que pueda analizar tu situación personal y los pros y contras específicos para tu caso.
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Iniciar tu proceso de reunificación de deudas es sencillo con nuestro equipo. Nosotros gestionamos todo por ti, para que recuperes la tranquilidad financiera sin complicaciones:
Estudio personalizado de tu situación sin compromiso: Analizaremos tus deudas, ingresos y gastos para entender tu perfil financiero.
Análisis detallado con un experto para evaluar tus opciones: Un asesor te explicará las distintas alternativas de reunificación que mejor se adaptan a ti.
Negociación con entidades financieras para conseguirte las mejores condiciones: Nos encargamos de buscar el mejor préstamo para ti, con la cuota y los intereses más favorables.
Firma del acuerdo y simplificación de tus pagos: Una vez que todo esté listo y estés de acuerdo, firmaremos el nuevo préstamo y consolidarás todas tus deudas en una sola cuota.
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Determinar una cifra exacta de cuánto puedes ahorrar al reunificar tus deudas no es posible sin un estudio personalizado de tu situación, ya que depende de muchos factores. Sin embargo, sí te puedo explicar cómo se genera ese ahorro y qué elementos influyen en él, para que entiendas el potencial de la reunificación.
Aunque cada caso es único, se pueden ver reducciones muy significativas:
Reducción de la cuota mensual: Es habitual que se logre una reducción de la cuota mensual entre el 30% y el 80%, especialmente cuando se unifican deudas de alto interés (tarjetas, microcréditos) bajo una hipoteca con intereses más bajos y plazos largos. Ejemplo: Si actualmente pagas 1.500 €/mes en distintas deudas y logras una reducción del 50%, tu nueva cuota sería de 750 €/mes, lo que libera 750 € mensuales.
En resumen:
No hay una cifra fija de ahorro, pero la reunificación de deudas puede significar un alivio económico muy importante al reducir drásticamente tu cuota mensual. Para saber cuánto podrías ahorrar tú específicamente, es imprescindible realizar un estudio personalizado de tu situación financiera con una entidad o un intermediario especializado.
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No te voy a mentir, reunificar deudas no es un proceso sencillo ni instantáneo, y puede tener su complejidad. Sin embargo, la buena noticia es que no tienes por qué hacerlo solo/a. Precisamente por esa complejidad, existen profesionales como los de Agencia Mediadora cuya misión es simplificar este proceso para ti.
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